Este movimiento se denominará Fuerza Rural y constituye la puesta en práctica de una antigua aspiración de tener gobiernos locales con suficientes recursos económicos, para planificar y ejecutar obras para el desarrollo de cada una de sus comunidades.
Se planteó que este movimiento si bien tiene sus raíces en el sector rural, será de carácter nacional para ser partícipes directos de las estrategias y acciones que brinda la democracia y así tener representantes propios, que gestionen las reformas que propicien la construcción de un nuevo destino para los más pobres de la Patria.