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We’re close to Christmas, which can only mean one thing: Yes, consumer electronics manufacturers are gearing up for big CES event in Las Vegas on January 6. That’s the chance for everyone in the trade to convene, share holiday successes and war stories, reflect on what went well during 2012, and look ahead to new products in development.

DECLARACION DE PRINCIPIOS FILOSOFICOS, POLITICOS E IDEOLÓGICOS 

DEL MOVIMIENTO FUERZA RURAL

1.    El Movimiento FUERZA RURAL se constituye como una plataforma política  que, desde una cosmovisión rural, social y popular, en el marco de un capitalismo social, participativo y democrático, se propone luchar para hacer realidad las demandas de todas las provincias, cantones y parroquias, urbanos y rurales del país, desatendidos por los centros de poder y por intereses circunstanciales ajenos al bien común.

2.     FUERZA RURAL considera que el centralismo como forma de ejercer el poder es una traba para la consecución de esos objetivos y que, preservando la unidad nacional, el Estado ecuatoriano debe tener una estructura descentralizada de gobierno a través de organismos provinciales, municipales, parroquiales, comunales u otras formas de organización social, que permitan a los pueblos la directa gestión de sus asuntos.

3.    Nuestro Movimiento proclama que la diversidad étnica o regional de los habitantes de nuestro país, no puede ser óbice para que todos ellos trabajen mancomunada y solidariamente para la ejecución de los planes de gobierno destinados a la construcción de la infraestructura física, de los servicios que requieren y de su ordenamiento democrático. Indios, afro-descendientes, montubios, cholos, mestizos, blancos, todos somos ecuatorianos hermanados bajo la misma bandera, el mismo escudo y el mismo himno y, por lo tanto, la nación ecuatoriana es una sola y las divisiones político-administrativas del territorio nacional, no tienen otra finalidad que la más eficaz atención de las necesidades de todos sus habitantes. En consecuencia, no se justifica que, siendo factor fundamental de la actividad económica y del bienestar colectivo,  las poblaciones rurales sean relegadas de los planes de desarrollo y de las asignaciones presupuestarias que en justicia les corresponden.

4.    Fiel a nuestra tradición histórica libertaria, que se remonta a la colonia, la independencia y la fundación de la república, forjada por las luchas heroicas de nuestro pueblo y sus conductores contra el despotismo y en defensa de su autonomía soberana, nuestro Movimiento expresa su convicción de que el sistema democrático, que garantiza los derechos y garantías de todos los ciudadanos, la separación de poderes, la alternabilidad política en el ejercicio del gobierno, la igualdad ante la ley o la seguridad jurídica, entre otros bienes, es el más idóneo para que nuestro pueblo pueda vivir en paz, consagrarse al trabajo generador de riqueza colectiva y contribuir con fe y esperanza al engrandecimiento de la patria. No basta, sin embargo, que nuestro país esté constituido como un Estado de Derecho o de Bienestar, sino que sus habitantes no sean discriminados por su localización geográfica y mucho menos por consideraciones étnicas o culturales. 

5.    En nuestro país y en América Latina en general esta realidad es extremadamente opresiva y limitante para los pueblos de las zonas rurales por la carencia de una infraestructura física compatible con su potencial productivo, de medios de comunicación, de instituciones de educación en todos los niveles que posibilite a los niños y jóvenes una formación científica y técnica orientada a la explotación eficaz y provechosa de los recursos naturales de su entorno geográfico, del instrumental idóneo de producción, de protección de su salud, de seguro de desocupación o contra los rigores de la naturaleza, de vivienda digna, etc. Por ello, nuestro Movimiento concede la máxima prioridad a la atención de las poblaciones rurales porque son el sustento de las ciudades y de su bienestar.    

6.    Las ideologías políticas solo pueden ser concebidas como instrumentos de análisis, interpretación y solución de los problemas económicos y sociales, pero no de exclusión de las personas que no comulguen con sus concepciones. Nuestro Movimiento, sin embargo, se identifica con las corrientes doctrinarias que apuestan decididamente por el cambio social dentro de los parámetros que tracen la Constitución y las leyes, las que a su vez deben reformarse en función de los nuevos imperativos económicos, científicos, tecnológicos y culturales, que están condicionados, en buena medida, a los requerimientos de la producción rural.  Con este propósito, no se renuncia a nuestra soberanía si se incorporan, para impulsar nuestro desarrollo rural, y del país en general, instituciones políticas y jurídicas que han resultado eficaces en otros países, por disímiles que sean sus sistemas políticos.

7.    Nuestro Movimiento propugna la planificación y puesta en ejecución de una política agraria integral, que abarque la solución de los problemas rurales, sin perjuicio de los que afectan a las poblaciones marginales de las ciudades. Esta política debe superar la tradicional concepción de la reforma agraria, agotada ya por sus deficientes resultados. Como en otros países, incluidos los desarrollados, la producción agrícola y agroindustrial debe ser objeto de los subsidios estatales que se requieran para estimular a los trabajadores y propietarios rurales a permanecer y producir en el campo. Para ello planteamos un sistema económico que denominamos “capitalismo social participativo”, que respeta la propiedad rural en todas sus manifestaciones, sin expropiaciones ni confiscaciones arbitrarias y mucho menos a causa de créditos impagos por causas de fuerza mayor inherentes a la producción rural. En este contexto, la tierra y la propiedad rural en general deben ser inembargables y los campesinos tener la oportunidad de cumplir sus obligaciones a través de mecanismos financieros no extorsivos; concomitantemente y sin que resulte contradictorio, el país requiere promover e impulsar el desarrollo productivo industrial, comercial y la inversión, para alcanzar ese tan anhelado bienestar colectivo.

8.    Uno de los pilares fundamentales del desarrollo rural debe ser la seguridad ciudadana, concebida como el marco institucional que garantice y proteja a la población de la delincuencia común y organizada para que pueda trabajar y prosperar dentro de un clima de orden y tranquilidad. Para ello se requiere la vigilancia permanente de una policía especializada con la cual colabore permanentemente la ciudadanía; de autoridades y jueces propios que actúen inmediata y eficazmente en la prevención de las infracciones; y de medios e instrumentos apropiados para fortalecer las acciones que deban desplegarse. Nuestro Movimiento plantea con estos fines la formación de comunidades rurales dentro de las cuales se concentren estos servicios junto con los demás que ellas precisen para su bienestar social, cultural y moral.    

9.    Nuestro Movimiento  proclama que el modo de producción local, no solo tiene incidencia preponderante en la actividad económica interna, sino en las relaciones internacionales: diplomáticas, comerciales, culturales, indispensables para el progreso de los pueblos, al margen de consideraciones ideológicas y políticas, en un plano de equidad y coexistencia pacífica y amistosa entre los pueblos, de respeto a la soberanía nacional de cada país. No pueden ser estas relaciones derecho exclusivo de las grandes potencias. Pero ello tampoco puede justificar que nuestro país sirva de santuario de organizaciones e intereses que no tienen otro objetivo que crear un ambiente de odio y revanchismo entre naciones que, no obstante sus diferencias raciales, culturales, políticas, religiosas o de desarrollo, pueden convivir en paz.  

10.    Proclamamos, en este ámbito, el derecho de la población rural, en concurrencia con la población urbana, a un medio ambiente saludable, pero también como una obligación individual y social, precautelada no solo por los organismos nacionales de control ambiental, sino también por las organizaciones internacionales creadas para contrarrestar su deterioro. Pero, al mismo tiempo, afirmamos nuestro derecho soberano a la explotación de los recursos naturales y no renovables de nuestro suelo y subsuelo, de nuestro espacio marítimo y aéreo. Esta explotación tiene que hacérsela con todos los resguardos de la técnica moderna y, en lo posible, procurando que la fauna y flora que contribuyen al sostenimiento de  nuestro pueblo, no se extingan.

11.    Como sostenía Benjamín Carrión, somos un país pequeño pero capaz de generar y proyectar una sólida y prestigiosa cultura nacional. Para ello es necesario que el Estado, a través de organismos multiculturales, cree y promueva los incentivos necesarios. No ha existido en este aspecto una política previsora y resuelta y ello explica que en las últimas décadas no nos hayamos destacado por tener exponentes culturales a la altura de otros países del continente. Un punto de partida favorable para salir de este estancamiento es nuestro rico patrimonio prehistórico y colonial que también se halla  ubicado en el campo. Un replanteamiento de este problema debe llevar al país a la formulación de una política turística y en particular ecoturística que procure primordialmente el beneficio de la población rural.

12.    Un pueblo sano es indispensable para que nuestro desarrollo económico y social se sustente en bases firmes. En cada pueblo del país deben haber centros de salud gratuitos, bien equipados y atendidos por profesionales capaces. Para nuestro Movimiento, el bienestar corporal y síquico de nuestros habitantes rurales no es una dádiva del Estado, sino un derecho que ellos  han adquirido por su trabajo diario y abnegado y casi siempre mal remunerado. Por otra parte, sin seguridad social no se pueden contrarrestar los riesgos permanentes que exponen a la población rural a padecer toda clase de calamidades, enfermedades y desastres naturales.

13.    La educación es otro pilar del desarrollo, de la democracia y de la justicia social. No nos oponemos a la educación privada, pero es nuestra posición que los recursos que el Estado destina con este fin, deben ser dirigidos prioritariamente hacia la educación pública que, por su propia naturaleza, es la educación del pueblo. Pero esta educación tiene que ser de calidad, es decir, ser impartida por profesores con un alto nivel de formación y con la ayuda de todos los instrumentos que la ciencia y la tecnología ponen al alcance de la enseñanza para tornarla accesible a todas las personas. Es preciso potenciar la educación para el desarrollo científico y técnico del campo y de su gente, sin exclusiones ni discriminaciones de ningún género.

14.    En suma, nuestro Movimiento es una oportunidad para que la población rural lleve a cabo una lucha organizada y sistemática en defensa de sus derechos e intereses, con sus propias organizaciones públicas y sociales y con sus propios líderes, dispuestos a receptar sus demandas, a realizar todos los esfuerzos que sean necesarios para concretarlas y a rendirles cuenta de sus actos.